MR 41

Abro la ventana de mi dormitorio de par en par. El ambiente sabe a primavera pese a estar en febrero. Me encanta este sabor.

Entro en el salón y repito la misma operación. Y en la otra habitación. Y en el baño.

El aire corre por la casa y me envuelve de vida. Ventilarme de vez en cuando es imprescindible. Saber que, pese a todo, uno siempre puede abrir y dejar que nuevos aires entren…

Tiro el pijama encima de la cama y abro la ducha. Un día nuevo se merece que lo afronte a tope. Y eso voy a hacer.

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