MR 56
A veces pienso qué sería de mi vida si no hubiera cogido aquel tren. ¿Cómo serían mis días? ¿Qué sería de mi? ¿Dónde viviría? ¿En qué trabajaría? ¿Estaría casado? ¿Tendría hijos?
Hoy, sentado frente a la ventana de mis decisiones, contemplo con asombro y mimo las elecciones que asumí, los caminos que decidí andar. Son los únicos que existen. El resto son parte de la imaginación.
Son esos caminos los que me han permitido conocer quién soy. Son terreno sagrado.
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