MR 71
Agarro tu cara con mis dos manos, con cuidado. No quiero más que acariciarla y protegerte.
– Estoy cansada. Siempre es de noche. – dices débilmente.
– La noche es el preludio de la mañana, la pregonera del sol. Cuanto más se prolonga, menos le queda de vida. Todo muere. la noche también. – te susurro mirando tus ojillos.
– Eso es fácil decirlo… La teoría me la sé tan bien como tú. Es la quemazón del alma la que me duele… – replicaste airadamente.
– Dios se hace grande contigo. Es en esa noche, en esa quemazón, en ese dolor y tormento… donde Él te cogerá en sus brazos y te salvará. Es justamente cuando menos podemos nosotros cuando Él es capaz de más…
Te besé en la frente y nos despedimos. Una noche más.
consigues crear un clima cargado de dulzura… una gran explosión de sentimientos cariñosos. Me encanta!!!