MR 8
Saliste de la ducha con una toalla blanca y el pelo suelto y empapado. Me quedé fascinado. No te había visto tan atractiva nunca antes. Temblé mudo y tragué saliva. Te acercaste despacio y sin tocarme con tus manos me besaste. Fue un beso dulce y húmedo. Fue el comienzo de una noche de la que ya nunca saldríamos. Hasta hoy.
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