MR 91
Se te ve emocionada. Sabes que son tus últimos Juegos Olímpicos, pese a tu juventud. Pero estás cansada. Es mucho el esfuerzo y el sacrificio tan sólo para llegar.
Yo también estoy emocionado. Acongojado. Con un nudo en la garganta. Te quiero tanto…
La medalla ya cuelga de tu fino cuello de cisne. Brilla. Pesa.
La cámara de televisión se deleita con cada una de las del equipo. Guiñas un ojo y mandas un beso. ¡Me ha llegado! ¡Como si estuvieras aquí! Yo te mando uno de vuelta y cuento las horas que faltan para abrazarte.
Esa medalla es el reconocimiento a tu trabajo. Mi cariño va más allá…
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