MR 92
Respiro hondamente.
Estoy solo a la orilla del mar. Son las 6:30 AM y el mundo se despereza y, en no mucho tiempo, comenzará con su trajín de primas de riesgo, bancos en quiebra, recortes injustos, manifestaciones de todos contra todos, gobiernos sin rumbo…
Respiro hondamente sin quitar mi vista del infinito. Es allí donde quiero mirar. Allí, lejos, al albor del sol. Sin más inquietud que la de morir estando vivo; sin más preocupación que la de ser fiel a lo que mi conciencia me exige.
El mar me susurra, me abraza, me acaricia en cada ola. Me llama por mi nombre. Me siento amado, con fuerza.
Un tren silba a toda velocidad. Vuelvo a casa. El mundo me espera, mi mundo…
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