#Narraluz 58

58

– Se acabó – me dijiste apoyada en la puerta de la cocina.

Estabas herida pero el dolor no te inquietaba; llena de la serenidad propia de la que lo abandona todo por un tesoro aún mayor.

– Fuerza y valor – te dije. – Creo que todo será para bien.

Y te abracé.

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