Ni bailamos ni lloramos (Mateo 11, 16-19)
Hoy las lecturas son una negrura para mi. Tampoco es que el día sea muy luminoso. Al contrario, más bien. Oscurito. Y en la oscuridad tenemos que caminar muchas veces. Sin rumbo definido, sin saber muy bien adónde, sin muchas ganas y tropezando a menudo.
Es lo que hay hoy. No hay más. Esto es la vida también. Hoy es día de replegarse y esperar. Esperar a que pase la tempestad, que pasará.
No puedo compartir mucho más. Esto es lo que presento al Señor hoy, lo que tengo.
Un abrazo fraterno
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!