No pudo hacer allí ningún milagro (Marcos 6,1-6)
¿Cómo es que Jesús no pudo hacer allí, en su tierra, ningún milagro? ¿No es el Señor todopoderoso? ¿No era Jesús capaz de hacerlo? ¿No os resulta curioso que el Evangelio use la palabras «no pudo» en lugar de «no quiso»? A mi me ha llamado la atención y me ha hecho reflexionar un poco acerca de Dios y los milagros de la vida.
Yo sí creo en los milagros. Yo sí creo que, cada día, suceden cosas en nuestras vidas que no tienen demasiada explicación. Nuestras vidas mismas, a veces, son un auténtico milagro. Miro la de piruetas que hay que hacer con los niños, las enfermedades, los trabajos, las familias, los horarios, los compromisos, los estudios, los imprevistos, etc. y me parece auténtica magia lo que hacemos. Y otros mucho más que nosotros. Veo el milagro de muchas familias para llegar a fin de mes. El milagro del amor que mantiene a una familia feliz pese a todas las dificultades. Veo el milagro de los que siguen caminando pese a la cantidad de palos que les ha dado la vida… Los milagros existen sin duda… Y no son sólo méritos humanos. Dios, silencioso, nos ayuda y nos sostiene para que sus proyectos sigan adelante, para que sus sueños se cumplan poco a poco.
El secreto está sin duda en que para que el milagro suceda hay que darle espacio, hay que estar dispuesto a poner parte de la vida, del día a día, en terreno pantanoso, inseguro bajo nuestros pies. No hay milagro donde la seguridad abarca el 100%. Querer, conscientemente, afrontar batallas, retos, sueños… sin la total certeza de que vayamos a salir victoriosos pero con la esperanza de que podemos estar jugándonos parte de nuestra felicidad… es dejar a Dios que obre el milagro. Efectivamente, allí Jesús NO PUDO. Nadie estaba dispuesto a aceptar tal cosa.
Un abrazo fraterno
Coincido plenamente en lo que dices: «El secreto está sin duda en que para que el milagro suceda hay que darle espacio, hay que estar dispuesto a poner parte de la vida, del día a día, en terreno pantanoso, inseguro bajo nuestros pies. No hay milagro donde la seguridad abarca el 100%.»
Mi reflexión también se centró en el mismo tema. Curó a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos, pero no pudo hacer milagros. ¿Por qué? Quizás por lo que nos dice a continuación el evangelio, por la falta de fe. Puede que esas curaciones sí fuesen vistas como milagros por los presentes; pero quizás para Dios no lo fuesen, porque no hay milagro sin conversión, sin que el corazón se sienta tocado, estremecido ante la grandeza del Amor de Dios, y sin querer cambiar de ahí en adelante nuestra forma de ser, actuar, pensar, vivir.
Por eso hoy en día la gente ve pocos milagros, porque hoy, igual que entonces, nos falta mucha fe… incluso a veces a los que la tenemos.
Besos. (Volviendo a compartir como antaño)
Sí, yo también creo que a veces le atamos las manos al Señor. No le dejamos hacer milagros porque le ponemos impedimentos; no sabemos dejarle hacer, no creemos que pueda con nuestra impotencia; llegamos a pensar que nuestra impotencia o incapacidad es más grande que su poder en nosotros.
Un saludo fraterno
Una reflexión muy buena. Llevo tiempo dando vueltas al tema de la seguridad. Estoy convencida de que es uno de los males de nuestro tiempo. Los milagros suceden cada día pero no estamos dispuestos a abrazarlos, marchamos corriendo.
la familia de Luis es impresionantemente buena pero tiene el defctillo de que necesita seguridad, un colchón de imprevistos, por eso creo que está viniendo genial este mar de acontecimientos en que estamos inmersos, que nos están privando de las pocas seguridades que teníamos.
Un abrazo para toda esa querida familia