No uséis muchas palabras (Mateo 6,7-15) – Martes I de Cuaresma
Para los que hablamos mucho como yo, no es fácil esto de orar con pocas palabras. Recuerdo oraciones compartidas o peticiones en Eucaristías en las que intentaba condensar como una especie de compendio de magníficas palabras con las que llegar a Dios y que, además, fueran gratas y entenibles para los que están alrededor.
El Padre ya sabe… dice el Evangelio. El Señor escucha, dice el Salmo. Dios sabe ya…
Lo mejor es hacer un ejercicio de sinceridad y honestidad esta Cuaresma y, simpleente, ponernos frente a Él y decirle que lo amamos. ¿Hay oración mejor?
Un abrazo fraterno
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