Ovejas entre lobos (Mateo 10, 16-23)
Jesús conocía la realidad. No era alguien que vive entre algodones rosas y margaritas blancas. No era un soñador alejado de su mundo. Ni siquiera era tan ingenuo como para pensar que, haciendo el bien, nadría habría que se metería con él.
Jesús sabe, y así nos lo dice, que la Buena Noticia genera problemas. Jesús sabe que los «lobos» nos esperan ahí afuera y que el Reino se contruye con bondad y justicia, no con «buenismo» e ingenuidad.
Es duro encontrarse con este Evangelio. Duro porque tomo conciencia de que es verdad: uno se juega la vida en ésto. Y no es nada fácil. Al contrario. Por eso me sorprende cuando denunciamos a los «lobos» que hay ahí afuera. Los hubo, los hay y los habrá. Y tenemos quecontar con ello. No hay otra.
Un abrazo fraterno
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