Oyes su ruido (Juan 3,1-8)
Es verdad. Intento intuir por dónde sopla el Espíritu y adónde me lleva. Y es muy complicado. Y está falto de certezas. Pocas cosas seguras y muchas «dudas». Miedo, también. Miedo a equivocarme. Miedo a fallar. Miedo a perder. Miedo a romper. Miedo a dejar. Pero la intuición de la llamada es fuerte.
Huele a Pascua. Pero el Espíritu aún debe revelarse y quitarnos de un plumazo todas nuestras inquietudes para dejarnos sólo con el amor del padre y la confianza de que Él está siempre con nosotros.
Un abrazo fraterno
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