Perder la vida #darse
Preciosa la historia de Eliseo y la mujer de la primera lectura de hoy. Así quiero ser, como ella. Puertas abiertas, casa a disposición, hogar para todos.
Cuando mi mujer y yo nos casamos, fue tal vez la mayor certeza de nuestro proyecto matrimonial: brazos abiertos, casa abierta, familia abierta, hogar para todo el que lo necesite. Creo que lo hemos ido cumpliendo, a veces con las dudas de si estábamos descuidando el «hacia adentro» y también con la intuición de que ese «hacia adentro» se construye siendo «hacia los demás».
No se puede seguir a Cristo de otra manera. Los muros, las puertas cerradas, los secretos, las autoreferencias, las vivencias «estufa»… no son propias de aquellos que siguen con alegría al Señor.
Vayamos hacia el otro. Dejemos que entre. Y que el Reino siga creciendo.
Un abrazo fraterno
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