¿Por qué has dudado? (Mateo 14, 22-36)
Nos caemos al agua porque dudamos. Nuestra confianza no es perfecta. Es natural. Somos humanos. Pero Jesús nos anima a tender a esa confianza perfecta, a la seguridad de que, con Él, junto a Él, no hay que tener miedo. Dios nos cuida, nos conoce, nos protege, nos llena de bendiciones y nos acompaña cuando las cosas salen mal. ¿Hay alguna garantía mejor que esta? Ni los 7 años de KIA…
Un abrazo fraterno
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