¿Por qué provocáis a Dios? (Hc 15, 7-21)
Distinguir lo esencial de lo irrelevante.
No colar un mosquito y tragarse un camello.
Liberar, no imponer cargas.
Creer que es Cristo quien cambia los corazones, que no son las normas impuestas porque sí.
¿Por qué provocáis a Dios?
Un abrazo fraterno
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