… porque Él nos amó primero (1Jn 4,19 – 5,4)
Sentir que Dios me ama me resulta complicado a veces. Para un cerebral como yo es fácil entenderlo, saberlo y argumentarlo. Yo me sé amado. Lo sé. Sé que Dios me ama, que soy único e irrepetible y que me acoge amorosamente cada día de mi vida. Lo sé. Sentirlo ya es otra cosa. A veces esto de ser cerebral es una puñeta pero así soy y así me tengo que querer y aceptar.
Últimamente he dado pasos en este sentido gracias a descubrir en mi comunidad la figura del Dios que me conoce, me acepta, me acoge y me ama. Sentir eso en mi comunidad es posiblemente el camino que utilizo junto el de mi relación con mi mujer y mis hijos, para descubrir ´cuán amado soy por el Padre.
Gracias a esto yo soy capaz de amar más y mejor.
Un abrazo fraterno
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