Protégeme, Dios mío (Salmo 15)
No me gusta cómo ha empezado la mañana. Ya me sentí raro al levantarme con la cabeza a 100 por hora, como si no hubiera desconectado durante la noche. Me desperté como… ¿pensando? No sé… raro. Y luego siento que vuelvo a tener un día emocionalmente inestable, intenso… y pierdo el control sobre ciertas cosas.
Cuando leo las lecturas de hoy no me siento capaz de ponerme en la piel de Pablo porque no me siento capaz hoy de asumir ninguna misión ni ningún envío… incapaz de predicar, enseñar o iluminar. Leo el Evangelio y me pierdo… No sé si mi atención está dispersa, mi capacidad de concentración limitada… pero no soy capaz. Sólo el salmo ha sido capaz de entrarme por el oído y el corazón y traerme la necesidad de protección por parte del Señor. Pido luz, pido amparo, pido serenidad, pido mesura…
Me he puesto música de Taizé y he encendido una vela. Con eso os digo todo…
Un abrazo fraterno
Música, un poco de luz, algo de contemplación… La serenidad llegará.