Siddharta
Hoy tuvimos sesión formativa en la comunidad. Desde hace ya meses estamos profundizando en el hecho religioso y llevamos 2 sesiones aproximándonos al budismo. Estas últimas semanas hemos leído el libro de Ramiro Calle sobre Buda y hoy lo pusimos en común.
La verdad es que el libro me gutó, muy fácil de leer y lleva a un conocimiento inicial sobre la persona de Buda muy interesante. Yo encontré la historia de un hombre con una inquietud que le lleva a tomar decisiones drásticas en su vida. Un hombre en búsqueda, volcado en el cumplimiento de vocación y decidido a llegar a la iluminación que le pemitiera ser luz para los demás. Esto suena bastante a lo nuestro ¿verdad? Es verdad que hay diferencias pero también muchas similitudes. Detrás de la figura de Jesús se respira sabiduría oriental muchas veces que luego hemos ido occidentalizando y cuadriculando. Por eso es bueno estudiar estas cosas y abrir un poquillo la perspectiva.
Me llamó mucho la atención la enseñanza sobre la paz interior, objetivo final de las personas. ¿Es eso la felicidad? ¿Paz interior? Sin duda, puede serlo.
Un abrazo fraterno
Hola Santi!!
Hace tiempo que te sigo. Me gustan mucho tus reflexiones, que me ayudan a seguir mirando la vida con ojos nuevos. Luego de leer tu posteo de hoy quería compartir mi reflexión con vos.
Adolezco ciertamente de conocimientos sobre las religiones orientales, y no sé más allá de lo que he aprendido en la escuela, o he leído aquí y allá, que fue poco.
Creo que la pregunta podría ser: ¿Qué es la Paz interior?
Para mí se obtiene en la lucha diaria por ser feliz. Es decir, no hay paz si no hay acción. En el encuentro con el hermano vamos haciendo la experiencia diaria, la que nos da alegrías y tristezas. Y en la reflexión y meditación de esas experiencias a la luz de la Palabra y con la guía del Espíritu, surge la sabiduría. Y con ella la Paz.
Pero siempre en la acción. No creo que la Paz sea un fin en sí mismo. Es consecuencia de del Amor Fraterno y la búsqueda constante por construir el Reino.
Bueno, Santi. Un abrazo, y gracias por hacernos pensar y acercarnos más al Padre.