¿Soy discípulo de Jesús? (Lucas 14, 25-33)
OBEDECER, RENUNCIAR, POSPONER…
Qué verbos más feos. Ya no se llevan. Cuánta negatividad…
Lo que hemos hecho muchas veces, yo el primero, es edulcorar, matizar, rebajar… pero la voz de Jesús es alta y clara: posponer a padres y a hijos, coger la cruz, renunciar a bienes… Jesús me quiere todo para Él. Libre. Entero.
Sí, sí… tengo que renunciar a determinadas cosas. Sí, sí… tengo que poner a los que más quiero en segundo lugar. Sí, sí… tengo que cargar con la cruz… No hay otro camino para seguir a Jesús. Si elijo otro sendero, podré llamarlo como quiera y vestirlo como me dé la gana pero discípulo, lo que se dice discípulo, no seré.
Un abrazo fraterno
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