¿Por qué te quiero fiel en el matrimonio? (Mt 5,27-32)
Adulterio. Lo que se dice hoy «poner los cuernos» vamos. Pues oye, que a Jesús como que no le parece bien que eso suceda en el matrimonio. Va más allá. Jesús no se limita a apreciar lo incorrecto de un escarceo físico, de una relación sexual más o menos esporádica. Va más allá.
Ya hemos visto en estos días precedentes que para Jesús, lo importante de la Ley es su espíritu. En temas de matrimonio y fidelidad, pasa lo mismo. El adulterio está tipificado en la ley judía y, más de dos mil años después, sigue siendo la fidelidad una promesa matrimonial y un compromiso adquirido frente a tu pareja. Pero nos equivocaríamos si reducimos el adulterio a lo físico. Eso quiere decir Jesús. Lo importante es la grieta del barco. Lo importante es que dejas espacios abiertos en tu relación. Lo importante es que tu apuesta por la felicidad a través de una persona se resquebraja. Lo importante es que das la espalda al don de la fidelidad que Dios te ha regalado.
Jesús usa este ejemplo para volver a hablar de la Ley y de cómo Él va más allá. Y eso, aunque parezca que es quitar valor a las normas es justamente lo contrario, es tratar a las personas como adultas y confiar en que saben por qué hacen las cosas. ¿O no?
Un abrazo fraterno – @scasanovam