Dios me afecta (Deuteronomio 10, 12-22)
El temor de Dios… Tema complejo el que saca a la palestra la primera lectura de hoy. Os comparto un texto de Anselm Grün, que encontré en un libro suyo que acabo de terminar. Me sirve para mi oración de hoy y espero que os sirva a vosotros también.
«Tener temor de Dios significa sentirse afectado por Dios. Yo hago que las cosas de Dios me afecten. Estoy sensibilizado para las cosas que Dios me ha dado, las trato con cuidado y respeto.
Santa Hildegarda de Bingen pintó el temor de Dios en forma de una mujer que en todo su cuerpo no tenía más que ojos. Era la mujer cuidadosa que, con todo su cuerpo, atiende a las cosas que la rodean, que ve a Dios en todo y que hace que en todo sea Dios quien la mueva y afecte […].
El temor de Dios libra de la angustia humana […], me libra de la actitud morbosa de estar pensando siempre en mí mismo, de la angustia que siento por mí y por mi éxito. El que teme a Dios llega a estar libre de la angustia ante el posible fallo, ante el posible fracaso, ante la posible crítica. El temor de Dios me libera para que yo, libre de mí mismo, vea los hombres y las cosas desde el punto de vista de Dios.«
Un abrazo fraterno