Autoridad… ¿sobre mi? (Marcos 1, 21-28)
Jesús ejerce su autoridad sin miedo, sin complejos, sin necesidad de saberse con el mando. Simplemente lo tiene.
¿Quién ejerce la autoridad en mi vida? ¿A quién le concedo autoridad sobre mi? Yo, como aquellos que escuchaban a Jesús, no soy de fácil conceder porque hay quienes se creen con el poder y el mando, a quienes no confiero ninguna autoridad sobre mi vida más allá de la que le otorga un cargo, una ley… Pero hay otras personas que, sin ser nada, reciben mi reconocimiento como autoridad en mi vida. Y pienso en qué deben tener…
a) Debo saberme querido y amado por ellos
b) Su vida debe ser consecuente, honesta, digna, valiosa
c) Con el espíritu cultivado, duchas en el silencio, cercanas a Dios, instrumentos del Espíritu…
Y por encima de todos ellos, Cristo. Nada hay más allá. Mi vida no la pongo en manos de cualquiera…
Un abrazo fraterno