Entradas

Vuestro rostro no se avergonzará (Sal 33)

Los caprichos de la Palabra. Las «cositas» de Dios. Después de la brutal experiencia de ayer, ñune, hoy me vienes con estas. A mi. A un hombre temeroso muchas veces de mirar cara a cara. A mi, un hombre profundamente avergonzado de mucho de lo que siente. rostro_avergonzado

Todavía no estoy capacitado para tener en el corazón esta Palabra tuya, Padre. No me dejo. Queda un camino cargado de «espadas», de «armaduras», de «pesadas armas» (esa imagen de Robert de Niro en La Misión). No hasta que yo sea capaz de llorarlo mucho. Esta cuaresma y esta próxima Pascua pueden ser un buen momento de seguir transformando, de seguir transformándome.

Mientras, mi rostro se sigue avergonzando muchas veces.

Un abrazo fraterno