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El Reino se parece a la levadura (Mt 13,31-35)

Todos los que han hecho repostería alguna vez saben de la importancia de la levadura para que el bizcocho o el postre en cuestión tome la forma adecuada y se haga correctamente. También es sabido que la cantidad de levadura va en función de la masa total pero que, en proporción, es una cantidad muy pequeña… escasa PERO SUFICIENTE si hace lo que tiene que hacer.levadura

En el mundo pasa igual. Los que nos consideramos del equipo Levadura C.F. no tenemos otra queja en la boca de que somos muy pocos, de que está se desmorona por momentos, de que hay pocas vocaciones… Tal vez sea verdad. Pero hoy la Palabra viene a recordarnos que siempre es desproporcionado y que no depende tanto de la cantidad como de que la levadura juegue correctamente su papel. A veces nos encanta mirar más allá de nuestros ombligos en lugar de cuestionar si somos levadura de calidad, si nuestra vida hace fermentar otras, si conseguimos que el mundo vaya tomando forma o simplemente disfrutamos de él como cualquier otro…

No sé si se necesitan muchos curas o consagrados pero sí sé que se necesitan buenos curas y consagrados. No sé si se necesitan muchas comunidades cristianas y laicos pero sí sé que se necesitan buenas comunidades y buenos laicos. No sé si se necesitan muchos catequistas, muchas familias, muchos hijos, muchas iglesias… pero esforcémonos en ser cada día mejores y nos pintará bonito.

Un abrazo fraterno

Se parece a la levadura… (Lc 13, 18-21)

levadura.jpgHoy por la tarde vamos a hacer un bizcocho. Ya lo he hecho muchas veces pero hoy me servirá también para hacer oración, ¡fíjate por donde! Echaré la harina, el azúcar, el yogur, los huevos, el aceite y lo removeré todo para que quedé bien mezclado hasta formar una masa única y espesa. Si pongo esa masa directamente al horno, por supuesto que se hará pero la decepción será máxima: no habrá bizcocho.

La clave está en un ingrediente que puede parecer mágico: la levadura. Una cucharadita basta para que toda esa masa, que multiplica por mucho la cantidad de la levadura, fermente y suba. Ahí está el secreto. También es verdad que la levadura sola, por sí misma, no hace nada. Es en la masa donde ejerce su magia y sus propiedades.

A veces nos afanamos esperando construir un mundo donde todo el mundo sea levadura. Algunos también se preocupan de que la levadura no se mezcle con la masa, no vaya a ser que se infecte. Hoy el Padre, con mi bizcocho, me volverá a recordar que la levadura es poca pero es la encargada de hacer que el mundo sea un bonito bizcocho. Para esto hay que vivir en el mundo, mezclados, con normalidad… en casa, en los trabajos, en las universidades, en los laboratorios, en las iglesias, en los partidos políticos, en los deportes, en las artes, en la música de todo tipo… Si nos encerramos… ¿a quién haremos crecer?

Un abrazo fraterno