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El Reino se parece a la levadura (Mt 13,31-35)

Todos los que han hecho repostería alguna vez saben de la importancia de la levadura para que el bizcocho o el postre en cuestión tome la forma adecuada y se haga correctamente. También es sabido que la cantidad de levadura va en función de la masa total pero que, en proporción, es una cantidad muy pequeña… escasa PERO SUFICIENTE si hace lo que tiene que hacer.levadura

En el mundo pasa igual. Los que nos consideramos del equipo Levadura C.F. no tenemos otra queja en la boca de que somos muy pocos, de que está se desmorona por momentos, de que hay pocas vocaciones… Tal vez sea verdad. Pero hoy la Palabra viene a recordarnos que siempre es desproporcionado y que no depende tanto de la cantidad como de que la levadura juegue correctamente su papel. A veces nos encanta mirar más allá de nuestros ombligos en lugar de cuestionar si somos levadura de calidad, si nuestra vida hace fermentar otras, si conseguimos que el mundo vaya tomando forma o simplemente disfrutamos de él como cualquier otro…

No sé si se necesitan muchos curas o consagrados pero sí sé que se necesitan buenos curas y consagrados. No sé si se necesitan muchas comunidades cristianas y laicos pero sí sé que se necesitan buenas comunidades y buenos laicos. No sé si se necesitan muchos catequistas, muchas familias, muchos hijos, muchas iglesias… pero esforcémonos en ser cada día mejores y nos pintará bonito.

Un abrazo fraterno

El Reino de Dios está dentro de vosotros… (Lc 17-20-25)

«… si os dicen que está aquí o está allí, no os vayáis detrás».

 Esta lectura toca lo profundo de mi «ser catequista». Cuando uno se pone delante de los chicos y chicas que vienen a catequesis por la sed y el ansia de búsqueda de Dios, tiene que pensar, sentir y saber que lo que tiene enfrente es terreno sagrado. Hay que descalzarse para no pisar allí donde la semilla es capaz de germinar.

Los catequistas no tenemos que decir dónde está Dios. Ni siquiera podemos decir dónde lo hemos encontrado nosotros. Porque no sirve. Deberíamos ser lo suficientemente francos para el primer día de catequesis decir: «si alguna vez os digo lo que tenéis que hacer, creer, pensar o dónde tenéis que buscar… no me hagáis ni caso». A veces me descubro enseñándoles el camino a seguir en lugar de ayudarles a caminar por el suyo, el único que les llevará al Padre. ¡Y me saltan las alarmas!

Sólo el que sea capaz de hacer el camino hacia dentro, será capaz de abrir sus manos hacia afuera. Sólo el que sienta y descubra a Jesús resucitado en cada poro de su piel será capaz de dar testimonio de una buena noticia capaz de hacer milagros.

Como dice Amparanoia en una de sus canciones: «mira p’adentro, mira p’adentro, mira p’adentro p’a sentirte contento».

Un abrazo fraterno