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Porque ha amado mucho… (Lc 7, 36-50)

Los pecados le quedan perdonados… porque ha amado mucho.

Y me acuerdo de un pasaje del «Manual del Guerrero de la Luz» de Paulo Coelho:

«Un grupo muy grande de personas está en medio de la carretera, impidiendo cruzar el camino que lleva al Paraíso.

El puritano pregunta:

– ¿Por qué los pecadores?

Y el moralista clama:

– ¡La prostituta quiere tomar parte en el banquete!

Grita el guardián de los valores sociales:

– ¡Cómo perdonar a la mujer adúltera, si ella pecó!

El penitente rasga sus ropas:

– ¿Por  qué curar a un ciego que sólo  piensa en su enfermedad y ni siquiera lo agradece?

Se subleva el asceta:

            – ¿Cómo dejas que la mujer derrame en tus cabellos una esencia tan cara? ¿Por qué no venderla y comprar comida?

Sonriendo, Jesús aguanta la puerta abierta. Y los guerreros de la luz entran, independientemente de la gritería histérica.»

Amor. Por eso se nos juzgará.

Un abrazo fraterno

He combatido bien mi combate (2Tim 4, 6-8.17-18)

No suelo escribir en el blog en domingos, no suelo hacerlo los fines de semana. Pero acaba de comenzar una semana de vacaciones después de varias de mucho trabajo, de muchos cambios, de mucho esfuerzo… y me apetecía reaparecer para mi mismo.

Elegir el buen combate es un tema recurrente en ese libro de Paulo Coelho que tanto me gusta: «Manual del guerrero de la luz». Elegir el buen combate… No todas las batallas son para mi. No estoy llamado a todas las luchas ni los dones que me han sido regalados sirven con utilidad al Reino en todos los frentes y ante todos los enemigos.

¿Cuál es el gran combate al que soy llamado a luchar? Todavía estoy en tiempo de preparación y aún estoy afilando mis armas. Todavía creo que el Señor no ha enseñado todas su cartas para mi. Pero desde luego voy intuyendo cosas. Y lo que un día se intuye no se puede olvidar…

Un abrazo fraterno