Importante sí, pero a su modo (Lc 9,46-50)
Ser importante parece ser un anhelo de muchas personas. Ser alguien destacado. Ser alguien que no pase desapercibido. Ser alguien que haga alguna aportación destacada. A mí me gustaría ser importante.
En los últimos años se ha producido una lucha interna en mi persona por la importancia anhelada y la pobreza encontrada. O al menos eso pensaba yo. El Evangelio de hoy viene a reafirmarlo: ¿quién es importante a los ojos de Dios? ¿Por qué anhelar la importancia frente a los hombres en lugar de la importancia ante el Padre?
Seré importante, seguro, pero no a mi modo, sino al suyo. Ya lo soy. Sólo tengo que darme cuenta de la vida tan extraordinaria que estoy viviendo.
Un abrazo fraterno – @scasanovam