¿A qué sabe Dios? ¿Lo entiendes?
Gustar y comprender. ¡Qué preciosa esta frase del salmo de hoy! Al menos en la traducción que yo he leído… 🙂 Gustar y comprender.
En realidad, lo que pide el salmista es vivir la fe, y la presencia del Señor en la vida, de manera integral: con cuerpo y mente. Porque «gustar» es uno de los sentidos gracias a los cuales nos relacionamos y percibimos información del entorno que nos rodea. Gracias al gusto podemos, no sólo alimentarnos, sino disfrutar del alimento, convertirlo en arte, en placer, en premio, en deseo. Qué bonito ¿verdad? Y «comprender» toca más lo racional, la capacidad para entender, para captar aquello que el Señor quiere hacer con nosotros y dirigir, desde el cerebro, las acciones oportunas que se derivan de esa comprensión. No se puede resolver sin comprender. No se puede aceptar sin comprender. No se puede optar sin comprender.
Gustar y comprender hacen que nuestra relación con Dios sea distinta, corpórea y espiritual. Uno busca aquella que le gusta, lo elige, lo pide… para luego sacarle cada uno de los matices, deleitarse con los aromas, las texturas, los matices, las especias… Gustar requiere tiempo. Uno quiere aquello que comprende que es bueno para él.
Yo hoy me uno al salmista: gustar y comprender. Eso te pido hoy, Señor.
Un abrazo fraterno