Perseverancia, esa gran virtud (Hebreos 6, 10-20)
La primera lectura de hoy nos habla de perseverar y perserverar nos habla de constancia con lo que un día comenzamos, de mantenernos en el tiempo, de no abandonar ni a la primera ni a la segunda ni a la tercera.
A mi me cuesta perseverar muchas veces. Me abandono en algunos aspectos. Necesito constatemente de estímulos, de hitos temporales a los que agarrarme. El día a día es tan devastador que, cuando me doy cuenta, muchas veces no hice nada de lo que gustaría haber hecho. Y parto al día siguiente con menos aliento y menos fuerzas.
Debo rezar y pedirle más perseverancia al Padre y, tal vez, incrementar mi vida de oración y, de paso, pasar por el confesionario. La gracia ayuda a perseverar, sin ella… ¡qué difícil es todo!
Un abrazo fraterno