Una de las lecturas propuestas del día de hoy es del libro de la Sabiduría, un libro bastate novedoso en muchos de sus planteamientos para su época. Hoy la verdad es que ha inspirado mi oración a raíz de alguna de sus frases. Viene a decir la Palabra en Sabiduría que, pese a la derrota que parece la muerte, aquellos que nos han acompañado siguen vivos, que su espíritu permanece entre nosotros. Y me acordaba de tantas cosas…
El día de Difuntos es un día para el recuerdo. Ése puede que sea el trasfondo de la avalancha en los cementerios, flores en mano, que se produce en muchos lugares de España. Yo lo viví de niño. Mi abuelo paterno murió siendo mi padre un adolescente y fue siempre tradición (y más siendo gallegos) ir a poner flores a su tumba la familia entera y rezar juntos padrenuestros y avemarías por su alma allí delante. Ese era el único recuerdo compartido de mi abuelo que se vivía en familia. Por otro lado, mi familia materna lo hace de manera distinta. Nunca nadie visitó el cementerio para ir a ver a mi abuelo materno pero su recuerdo en casa es constante y alegre. Son dos modelos y los dos son válidos y expresión de un sentimiento colectivo. Ambos me han configurado y me sirven hoy para recordar a mis antepasados igual que hacían ya los antiguos. Recuerdo con agrado las escenas de Gladiator en las que Máximo se encontraba con sus muertos y los hacía presentes en su día reconociendo que, de alguna manera, ellos seguían viviendo en él.
Y por último, pensaba lo incoherente de la vivencia cristiana mayoritaria con respecto a la muerte. Por un lado la creencia en la Resurrección y el encuentro con el Padre después de la muerte y por otro unas celebraciones tristes, lloros por doquier, tristeza y lamentos dramáticos y una especie de tabú y halo misterioso que nos educa desde niños en una visión temeraria del fin de la existencia.
Ojalá nos paseáramos más por los cementerios en vida, como decía el gran humorista catalán Capri. Pasearse en vida. Trascender el sentido de la vida y descubrir lo importante que es centrarse en el presente y en lo importante.
Mi recuerdo hoy es para aquellos que me precedieron.
Un abrazo fraterno