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Evangelio para jóvenes – #Cuaresma2024 – Miércoles 1º Ciclo B

El Señor dirigió la palabra a Jonás:
«Ponte en marcha y ve a la gran ciudad de Nínive; allí les anunciarás el mensaje que yo te comunicaré».
Jonás se puso en marcha hacia Nínive, siguiendo la orden del Señor. Nínive era una ciudad inmensa; hacían falta tres días para recorrerla.
Jn 3,1-10

Cierto es que la Cuaresma es un tiempo para mirarte más, para ir hacia adentro, para poner tu vida delante de Dios y cambiar pero… ¡también es un tiempo de mirar afuera y descubrir el mundo herido que te rodea! Palestina, Ucrania, tantos lugares en guerra, tantos abortos, tantos robos y corrupción, tantos enfermos sin solución, tanto derroche y tanta hambre, la situación del campo, los casos de bullying y abusos… Dios te anima a que ejerzas de profeta, a que salgas también de la postura cómoda y eleves un poco la voz, denuncies lo injusto.

¿Te cuesta? ¿Te da miedo? ¿Piensas que no va a valer de nada? Dios te necesita aquí para que seas su voz, sus manos, sus pies… ¿Cómo olvidarte de una humanidad tan sufriente? Ponte en marcha y anuncia el mensaje. Él te dará las palabras… y las fuerzas.

 

Está embotado el corazón de este pueblo (Mt 13,10-17)

Miramos sin ver, oímos sin escuchar, el corazón se ha endurecido… Es muy duro. Lo que dice Jesús es muy duro y muy actual. Yo cambiaría un poquito la frase: miramos sin querer ver, oímos sin querer escuchar y, aunque no nos gusta demasiado, preferimos tener un corazón endurecido que nos proteja del peligro de amar de verdad.escucha1

Es algo que a mi me corroe y a lo que no estoy dispuesto y lucho para que no sea así en mi vida. Yo quiero VER, ESCUCHAR y AMAR. Quiero que me duela la injusticia, quiero ver la verdad y la necesidad, quiero escuchar el clamor del necesitado y la palabra del Padre. Quiero llorar cuando me muera de pena y rabia, abrazar cuando sienta que mi abrazo es medicina, dejarme llevar por lo que me pida el corazón sin calcular demasiados riesgos…

No estoy dispuesto a formar parte de este pueblo embotado…

Un abrazo fraterno

¡Filtráis el mosquito y os tragáis el camello! (Mt 23, 23-26)

Es tal vez lo más fácil para acabar con la justicia: filtrar un mosquito y tragarse un camello. Y pasados veinte siglos de esta frase de Jesús todavía seguimos teniendo casos todos los días en los que ésto está a la orden del día.

La injusticia es, tal vez, el origen de muchos de los males del mundo. Y, además, daña terriblemente a las personas. Cuando se comete algo injusto sobre uno la herida es grande y las consecuencias imprevisibles.

Yo, muchas veces, soy muy dado a filtrar mosquitos… y no me gusto. Y a veces también me trago camellos. Y tampoco me gusto. Es más, seguramente uno filtra mosquitos para no sentirse mal por los camellos que se está tragando. Así mantenemos nuestra imagen de «cumplidores del bien» y santas Pascuas…

Un abrazo fraterno