Entradas

Aprendió a obedecer (Hb 5, 7-9)

Obedecer. Aprender a obedecer. Siempre fui obediente cuando hubo que serlo aunque no me gusta que nadie me diga lo que tengo que hacer. Se obedece a quien manda y yo no le otorgo la autoridad sobre mi a cualquiera. Mandaron mis padres sobre mi en mi niñez y en mi adolescencia o aquellos sobre quienes residía la autoridad en su ausencia. Creo que no le he otorgado la autoridad a nadie más. Al menos la autoridad entendida en este sentido.obediente

Dios sí manda. Y a veces obedezco y a veces no. Sus mandamientos son claros pero no siempre son cumplidos. Hay áreas de mi vida llenas de mediocridad que no se ajustan al mandato. Tengo que seguir aprendiendo y, posiblemente, viviendo y acogiendo el sufrimiento entre otras cosas. El sufrimiento enseña no porque te machaque sino porque muchas veces nos devuelve a la realidad, a nuestra realidad, a la de los demás. Nos baja de la nube y nos tiñe el rosita flojín con el que pintamos el mundo.

Sigo aprendiendo. Sigo obedeciendo.

Un abrazo fraterno

Bandera discutida (Lc 2, 22-40)

Sigue habiendo juegos de mesa y de entretenimiento en exteriores que consisten en apoderarse de la bandera rival. Es el mayor símbolo de victoria. Es el símbolo de haber llegado hasta el final, de haber derrotado al enemigo en lo más profundo. Quienes escalan grandes cimas o recorren peligrosas y arriesgadas sendas, al llegar, suelen también clavar la bandera en el suelo. Los estadios están llenos de banderas en las gradas y muchos aficionados se arropan con ellas. Coches oficiales, ropas, pegatinas… La guerra de banderas en el País Vasco, la quema de banderas en Cataluña… en fin… que vivimos en un mundo en el que las palabras de Simeón siguen siendo tremendamente actuales. Sin meterme en filosofías y opiniones, lo que está claro es que una bandera es un símbolo de algo más, es un aglutinador de identidades, sentimientos, cultura, estilo, maneras, pensamientos… No sé…bandera

Cristo también era bandera. Era algo muy grande. Y no iba a pasar desapercibida. E iba a ser signo de comunión para muchos y signo de lo odiado para otros. Signo de contradicción. Lo sigue siendo. Y me invita a serlo. Me invita a no ser mediocre y jugar a ser amiguito de todos, querido por todos, estando a bien con todos. Cristo tenía enemigos. Ese rollo de «yo no tengo enemigos» tal vez es para blanditos como yo.

Todavía hay mucho que caminar. Todavía hay mucho que convertir.

Un abrazo fraterno

Invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos… (Lc 14, 12-14)

plataforma_empresarial_ima1Cuando llega una Palabra como ésta me estremezco por dentro y me cuestiono tanto, tanto… Me da la sensación de que, en parte, seguimos frenándonos y calculando riesgos… que no nos acabamos de dar del todo y que no acabamos de hacer vida el Evangelio de Jesús. Y me da miedo. Me da miedo morirme siendo un mediocre, un temeroso, un apocado. No quiero ser sólo un cristiano formado, alguien que habla bien y que maneja con soltura ciertas aspectos de su fe. No quiero ser un cristiano cumplidor ni uno que se conforma con colaborar o gastar parte de su tiempo en aquello que ha decidido hacer. Me da miedo.

Cuando leo esta Palabra sigo teniendo la terrible (y digo terrible porque es una sensación fuerte, dura y brutal… apasionada y honda) sensación de que no hay tanto tiempo y de que, si se deja escapar, no volverá. Sigo teniendo mil ideas, mil proyectos… Sigo teniendo ganas de meterme aquí y allá y de ayudar en lo que se pueda. Y hoy por hoy creo que estoy haciendo nada o muy poco. Y escucho a mi comunidad y a los que me quieren y me conocen pero… ayyyy… no me sirve, no me sirve para calmar la quemazón.

No necesito esta Palabra Padre.. ¿o sí? Dame luz. Y valentía.

Un abrazo fraterno

Dejado… Seguido… (Mc 10-28,31)

El que no se quiera enterar será por eso, porque no quiere porque no parece que Jesús haya jugado a la confusión en este tema.

DEJAR ———————————————> SEGUIR

Todo hace pensar que sin lo primero no es posible lo segundo. Ser seguidor de Jesús implica dejar cosas, seguridades, esclavitudes… cada uno sabrá qué tiene que abandonar. Pero asumir esto es fundamental. Sino nos quedaremos en la mediocridad y ya sabemos que dice el Apocalipsis de los tibios…

Un abrazo fraterno