No uséis muchas palabras (Mateo 6,7-15)
Creo que ya lo decía el Principito o su zorro domesticado: «La palabra es fuente de malentendidos». Yo no acabo de estar de acuerdo con esto pero sí he ido dándole valor poco a poco a otro tipo de lenguajes que creo son también muy valiosos, en concreto el lenguaje de gestos, acciones, etc. Y sirve para todo en la vida, incluido Dios.
El exceso de palabrería no lleva a ningún sitio. Es la vivencia profunda de la confianza, del descanso activo en Dios, de la coherencia vital, del radicalismo evangélico, del perdón… lo más útil. ¡Y ojo! ¡Verbalizar y narrar todo esto es muy importante! Pero no es lo que plantea la Palabra de hoy… Yo me entiendo…
Un abrazo fraterno