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… en casa de Mateo (Mt 9,9-13)

Releyendo las lecturas de hoy me doy cuenta de que siempre me identifica con el Jesús que trabaja para traer a las ovejas perdidas al redil. Siempre me he puesto en el rol de Jesús en esta lectura y analizo cómo Jesús va a casa de los pecadores, ese estilo de apostolado, esa manera de ganarse a la gente…vocacion_mateo

Pero me está dando por ver la lectura desde otro ángulo: desde el ángulo de Mateo y sus amiguetes. ¿Cómo se estaría sintiendo Mateo al recibir en su casa al Maestro? ¿Cómo se sentiría alguien que se sabe colaborador de Roma, odiado por sus vecinos, escoria… al ver que Jesús va a verle, conoce a sus amigos, lo busca en donde está, le llama y a la vez le busca…?

Descubro la esperanza de saberme un pecador cuiado, buscado, querido por Jesús. Jesús sabe de mi. Y me quiere. Amor de verdad. ¡Qué alegría! ¡Qué ganas de seguirle!

Un abrazo fraterno

¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno? (Mt 20,1-16)

¡Qué pregunta más brutal de Dios!

Y yo creo que la respuesta es que sí. En el fondo muchas veces me fastidia esa justicia de Dios de dar a todos por igual y querer a todos por igual cuando unos «somos mejores» que otros. Pero creo que tampoco es una ira exhacerbada la que me provoca. Pero sí percibo en muchas personas y ámbitos de la Iglesia esa obsesión por «jugar a Dios» y decirle quién lo hace bien y mal, quién es bueno y malo y dónde debe mandar a cada uno. Son los mismos que no soportarían ver a Jesús entre prostitutas, recaudadores, romanos, fariseos, pecadores…

A veces me da la sensación de que lo que menos hemos aceptado en el subconsciente de nuestra fe es que Jesús ha venido a por los pecadores. Ellos son su razón de ser. No viene a ensalzar a nadie, ni a poner medallas, ni a dar palmaditas en la espalda… Viene a sanar, a salvar, a acompañar, a suscitar, a cambiar, a romper cadenas, a quitar cargas… que, por cierto, otros nos dedicamos a poner.

Un abrazo fraterno