Más difícil en casa que fuera (Lc 4,14-22a)
Jesús vuelve a casa, a Nazaret. Me ha llamado hoy muchísimo la atención este detalle. Cuando su misión ya había comenzado, cuando se había ya instalado en Cafarnaum, cuando había comenzado ya a predicar por aquí y por allá, cuando su fama comenzaba a extenderse… vuelve a casa. ¿Por qué? Ni idea. El caso es que vuelve y es capaz de proclamar la llegada del Reino también entre los suyos.
En Nazaret le conocían bien. Allí sabían que era hijo de María y José, que era carpintero. Lo habían visto crecer. Sabían de él. Y su familia más. ¡Qué difícil ir ahí a decir lo mismo que ya había dicho ante multitudes! En Nazaret, con los suyos, el aura desaparece.
¡Cuántas veces yo siento lo fácil que es predicar y actuar fuera y lo difícil que es actuar y predicar y evangelizar en casa! Precisamente porque nos conocemos, porque nos tratamos con confianza inusitada, porque nos hemos visto meter la pata, porque sabemos de nuestros defectos y virtudes, de nuestras manías, de nuestros dones y nuestras incongruencias… Pero es ahí, también en nuestras «Nazaret» donde hay que volver y proclamar también la Buena Noticia.
Un abrazo fraterno – @scasanovam