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Los antiprivilegios del cristiano (Mt 20,17-28)

Si tú quieres escalar puestos, ganar importancia, prestigio, tener éxito o hacer carrera, siendo cristiano… te has equivocado de lugar. Eso es lo que le viene a decir Jesús a la madre de Juan y Santiago cuando pide para sus hijos un puesto de honor en el cielo. No va de eso.

Aquí sabemos de «antiprivilegios» o, dicho de otra manera, de los privilegios que otorga el amor y que son invisibles para el mundo: el privilegio de dar la vida, el privilegio de hacer feliz a otros, el privilegio de sanar, de perdonar, de recuperar, de cuidar, de querer, de salvar…

La Iglesia no es un lugar para «aspirar» sino para «inspirar» el Espíritu y «expirar» la vida que nos brota del corazón lleno del mismo.

Un abrazo fraterno – @scasanovam