El cielo abierto (Hch 6,8-10;7,54-60)
Curiosa coincidencia. Ayer hablando de un niño que nace y hoy hablando de un testigo que muere, atacado, odiado, asesinado. El cielo se abre y el sol baja a darnos luz y salvarnos. Y ya nada será igual.
Tomar conciencia de que Jesús está aquí, nos lanza a la misión. No estamos solos, lo sabemos. El cielo se ha abierto para que entremos en él. Cuando uno vive sin miedo, es Navidad, porque Jesús vuelve a nacer en la pobreza de un corazón que se transforma.
San Esteban murió porque Cristo nació, murió y resucitó. Esteban lo dio todo, por su Rey, por sus hermanos. Y su testimonio, fue estrella para otros que decidieron ponerse en camino.
Un abrazo fraterno – @scasanovam