Tu Señor te llama a la batalla (Jueces 6, 11-24a)
«Si el Señor está con nosotros… ¿por qué?»
Parece que pocas cosas han cambiado en el razonamiento de los hombres. No entendemos por qué soportamos tantas desgracias y calamidades, nosotros, que se supone que somos los protegidos de Dios. ¿Por qué? Es una pregunta clásica, legítima, lógica… Es difícil entender a Dios muchas veces. Es muy duro aceptar la realidad y su silencio.
Pero la respuesta de Dios no deja de ser sorprendente: primero apela a nuestra valentía y luego nos llama a salir a luchar, enviados por Él, con nuestras propias fuerzas. La solución está puesta encima de la mesa, por más que no nos la queramos creer, no nos guste, nos parezca ilusa…
Seguimos pataleando y clamando al cielo para que nos dé una solución a nuestros problemas cuando la solución ya está dada. Pero no es fácil, ni cómoda. No nos gusta. Preferiríamos que una legión de ángeles intercediera en las guerras para alcanzar la paz. Querríamos que Jesús mismo tocara a cada enfermo, a cada pobre… para curarles, para colmarles de bienes. Seguimos esperando el milagro divino EN LUGAR DE HACER LO QUE SE NOS HA DICHO.
La solución de Dios es solución. Es verdad: no va a bajar a actuar directamente, pero nos ha dicho: tú eres el ángel, tú eres Yo. Sal ahí. Yo te capacitaré, de protegeré, te ayudaré… «No morirás» nos dice el Señor.
No hay escapatoria. En nuestras manos tenemos la solución de los problemas, en clave de Dios, claro. Los milagros, tenemos que procurarlos nosotros. El Señor llama a los valientes a la batalla. No importa su tamaño ni su importancia. Sólo su valentía y su confianza. ¿Quién está con él?
Un abrazo fraterno