Florecerá como azucena (Os 14, 2-10)
En esta época de incertidumbre que estoy viviendo con respecto a la misión es hermoso recibir estas palabras de Dios por boca del profeta Oseas. Es como si Dios pretendiera decirme que mantenga el corazón enamorado y que sepa esperar. El corazón enamorado será la garantía de que llegado el momento floreceré como azucena.
Desde que una semilla es plantada hasta que aparecen los primeros pétalos pasa un tiempo, largo. Durante éste la semilla germina, se agarra a la tierra, echa raiz y empieza a brotar. Primero es un pequeño tallo que deberá irse fortaleciendo. No es una etapa demasiado hermosa. La espera se hace interminable. Parece que la flor nunca va a salir. Pero una mañana, después de una noche larga, los pétalos aparecen. Esa es la promesa del Señor. Yo me la creo aunque el cuerpo me pida otra cosa…
Un abrazo fraterno