Escucha más y habla menos (Jn 10,22-30)
«Mis ovejas escuchan mi voz… y me siguen». Ese es el signo distintivo del cristiano. Escucharle y seguirle.
¡Cuánto tiempo dedicado a hablar, a hacer, a decir, a inventar…! ¡Cuánto tiempo dedicado a crear un «nuevo lenguaje» para que nos entiendan! Eso decimos.
¿Y si el problema es más nuestra falta de escucha? ¿Y si el problema es que no nos siguen porque estamos vacíos? ¿No será que escuchamos poco? ¿No será que oramos poco? ¿no será que nos retiramos poco, en el silencio del atardecer, a escuchar al Padre?
Escucha más y habla menos, viene a decirme hoy el Señor. Tomo nota.
Un abrazo fraterno – @scasanovam