Los cerrojos de tus puertas (Sal 147)
El Señor refuerza los cerrojos de mis puertas. Entiendo que los cerrojos de las puertas sirven para proteger lo que hay detrás de ellas, que es algo valioso.
Después de todos estos años de vida algo valioso guardo en mi interior. La educación recibida, las experiencias vividas, la formación acumulada, mis propios discernimientos, mis promesas y compromisos, mis sueños y proyectos, las personas con las que camino en la vida, mis heridas y mis pasiones, mis emociones, mi fe y mis creencias, mi libertad y mi valentía, mis temores… Todo eso guardo tras mi puerta. Y cierto es que son muchos los que quieren entrar a robar, los que quieren echar por tierra mucho de lo acumulado, los que quieren que lo que hay dentro de mi se pierda, los que quieren ocupar éstas mis tierras y gobernar por encima de mi propia autoridad.
Mi oración, mi comunidad, mi matrimonio, la Eucaristía… Dios se sirve de muchas cosas para reforzar los cerrojos. Que, al menos, el que entre sea por encontrar la puerta abierta a su llegada, no porque su fuerza pudo derribarla sin oponerse resistencia.
Un abrazo fraterno