Esperad y apresurad (2Pe 3, 12-15,17-18)
¡Qué manera de empezar! ¡Parece contradictorio si se lee rápido! Es como si Pedro me pidiera que meta primera y quinta a la vez. Es como si me dijera que me deje querer y a la vez que me lance. Es como me pidiera que agote la posesión y, a la vez, que haga un ataque rápido.
Pero no. Creo que es muy sabio lo que me plantea Pedro hoy. Dos verbos que, juntos, son brutales. Esperar que Dios me abra puertas y, a la vez, apresurarme en encontrar mi sitio. Esperar el amor y apresurarme a amar. Esperar un mundo mejor y, a la vez, apresurarme a construirlo. Esperar que pueda cambiarme y conocerme y, a la vez, apresurarme y dedicarme tiempo.
Saber que la esperanza es una virtud y que, a la vez, no hay tiempo que perder.
Un abrazo fraterno