Te doy lo que tengo (Hechos 3,1-10)
«No tengo plata ni oro, te doy lo que tengo:
en nombre de Jesucristo Nazareno, echa a andar.»
Podríamos escribir un post con cada una de las partes de la frase de Pedro al lisiado. Es brutal.
Que «no tengo plata ni oro» es evidente. En algo coincidimos Pedro y yo, aparte de ser seguidores de Jesús y un buen par de cabezones. Somos gente sencilla, sin fortunas ni posesiones. Eso nos permite ofrecer otra serie de cosas. Los que se acercan a mi casa o a mi, personalmente, sé que no vienen buscando dinero ni seguridades materiales. Yo puedo ofrecer algo distinto a lo que el mundo nos tiene acostumbrado. Es más: tengo mucho que ofrecer.
Y lo doy. «Te doy lo que tengo«, dice Pedro. No tengo mucho y lo que tengo te lo doy. A ti. Al que lo necesite. Al que haga mejor uso de ello. Me vacío. Eso me pide el Señor. No me pide ser cuidadoso con mis dones, medido, rata, avaro… Estoy llamado a dar lo que tengo, lo que soy. Eso procuro. Y me trae problemas: de tiempo, de cansancio, de conciliación, de…
Pero ojo, no lo doy para sentirme yo mejor. No entrego lo que tengo porque yo sea muy bueno y me encante ir salvando vidas por el mundo. Aunque a veces peco de algo de vanidad y necesite mi dosis de refuerzos positivos, yo debo desaparecer y dar todo el protagonismo a Jesús. Es Él quién mi empuja, quien me sostiene. Debe ser Él por quien lo hago todo, por quien vivo y muero. Si no es así… ¿qué etsoy haciendo entonces? ¿Para quién? ¿Por qué? Él me ha dado una tarea para que la realice «en nombre de Jesús Nazareno«. No puedo fallar.
Si doy garantías de cumplir todo lo anterior, tal vez tenga que asumir que estoy llamado a desatar cadenas, a devolver la vista a los ciegos y el oído a los sordos, a poner a andar a los lisiados y paralíticos… Eso me pide el señor. Que libere de esclavitudes en sus nombre, que sea su mano en la tierra, que ame mucho y que ayude a otros a ser más felices. «Echa a andar«. Esto que te digo, que te cuento, que vivo contigo… es para que andes, para que cambies, para que despiertes, para que te alegres, para que vivas…
Buf. Demasiado para un solo día. ¡Buenas noches!
Un abrazo fraterno
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