Ten piedad (Salmo 50)
Hoy no encuentro en las lecturas nada. No sé si estoy bloqueado, cansado, preocupado, triste… o si las lecturas son demasiado complejas o demasiado ninivitas para mi. Lo cierto es que lo que me sale del corazón es poner mi oración al servicio del pueblo japonés, de sus muertos, de sus supervivientes, de los que con tanto esfuerzo están ayudando para reconstruir poco a poco la vida y minimizar los daños que todavía pueden estar por llegar. Me da cierta vergüenza ver los debates en los que estamos enfrascados en Occidente, el oportunismo político, las sandeces periodísticas… en contraste con el esfuerzo de los millones de personas que pueblan Tokyo y alrededores para ponerle la cara al destino.
Dios está ahí. Intentando buscar supervivientes en los escombros. Calmando el lloro de los niños a los que el miedo les ha calado hasta lo profundo. Acariciando el corazón de los que han perdido a seres muy queridos bajo el agua. Enla valentía de los que pelean minuto a minuto con piscinas de combustible, reactores, núcleos… Dios está en los que no se han pensado el ir a echar una mano. Dios está en el abrazo de unos a otros, en la mirada del que quiere seguir… Una presencia muy discreta pero real.
Yo, mientras, sólo puedo orar desde mi posición de espectador del sufrimiento ajeno. da vergüenza hasta decir que te duele la cabeza.
Un abrazo fraterno que llegue a todo Japón.
OS ANIMO A ENCADENAR UNA ORACIÓN CON VUESTROS COMENTARIOS. JUNTOS, REZANDO POR JAPÓN.
Y Dios está en este blog animándo a los que lo leemos a unirnos en esa oración por Japón, por los dolientes, por los aterrados, por los desesperanzados. Y por todos aquellos que tras temblores, terremotos e inundados se le han removido las entrañas y las conciencias. Por los que aún encuentran Esperanza.
Esta noche a las 10 en unión y oración. Encenderé, además, una vela.