Tiempos de sordera (Sam 3,1-10.19-20)
«La palabra del Señor era rara en aquel tiempo,
y no abundaban las visiones «
¿En aquel tiempo? me surge preguntarme al leer el pasaje del libro de Samuel de hoy. ¡Y en este tiempo! ¡Hoy tampoco abunda la palabra del Señor y no, no abundan las visiones, ni los profetas. Vivimos en tiempos de sordera generalizada, de enfriamiento espiritual global.
Y curiosamente el Señor sigue llamando. A veces me quejo del tiempo difícil en el que me ha tocado vivir, de la incertidumbre, de la falta de claridad. Pero así ha sido casi siempre. La palabra de Dios nunca ha abundado. Ni siquiera en la época de Jesús, en la que ¡teniendo al Mesías delante! no supieron muchos reconocerle.
¿Qué es importante? Distinguir, entre todo este jaleo, la voz de Dios. A veces es un susurro imperceptible. A veces incluso podemos confundirla con otras voces. Y ahí es importante estar acompañado. ¡Acompañamiento! Tener a alguien cerca que, escuchándote, desde fuera de tu ruido, sepa decirte «¿y si es el Señor?».
Busquemos acompañante y formémonos para acompañar. No hay otro camino en estos tiempos de sordera.
Un abrazo fraterno – @scasanovam
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