Una historia de Adviento: Capítulo 10

El salón dormita a oscuras. Carlos está muy despierto. Demasiado para su gusto. Las luces multicolor del árbol de Navidad salpican las paredes. Fátima se lo había comprado ayer en los chinos. Ella sabía que un pesebre era demasiado así que optó por el adorno laico. Carlos lo ha tenido encendido desde que volvió del trabajo y ahora decidió darle todo el protagonismo mientras él ordena sus ideas. Todo le bulle por dentro: la insatisfacción laboral, lo que siente por Fátima, la «morriña» por su tierra y su familia, la tristeza de haber perdido a su niño interno en alguna curva del camino, el lamento por algunas decisiones tomadas…  Carlos tiene ganas de gritar. » Dice una voz: «Grita.» Respondo: «¿Qué debo gritar?» . También tiene ganas de llorar. No sabe cómo coger el toro por los cuernos. No tiene ni idea de qué grifo abrir primero.

Cuando termina de marcar el último número en el móvil, siente los dedos y las manos agarrotadas y la faz tirante. Quiere que en ese momento se lo trague la tierra. Se siente muy pequeño y añora no poder acurrucarse en el regazo de su madre como cuando era un bebé. La voz de Fátima responde al otro lado del auricular y Carlos rompe a llorar. Está desconsolado. Fátima nunca lo había visto así, tan abajo. Ella guarda silencio y, bajito, susurra su nombre de vez en cuando.

«En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres«.

Carlos no entiende porqué todo esto ahora.

– ¿Por qué Fátima? ¿Por qué todo esto ahora? No lo entiendo… no entiendo…
– Lo llevas ahí dentro desde hace mucho. Algún día tenía que salir… – le acaricia ella con  su voz.
– No entiendo… Me siento mal. Me siento una mierda. Un fracasado. Tengo miedo. Quiero que esto se acabe ya…
– No estás solo. Todo pasará. Mantén firme la esperanza. Yo estoy contigo.
– Son tantas cosas… No sé qué debo hacer ahora, qué mierda se supone que debo hacer…
– Bueno. Date tiempo. Espera. Llegará la luz.
– Hablando de luz… gracias por el árbol. – terminó él.

Continuará…

arboln01

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