Una historia de Adviento: Capítulo 11

Suena el móvil. Los clásicos pitidos Nokia al recibir un SMS.

– «Perdón. Un segundito.» – dice Carlos en alto sabiendo que sólo suele recibir mensajes cuando algo urgente le tiene que ser comunicado.

Su temperatura corporal ha subido de repente. Le basta un segundo para agobiarse. Teclea con velocidad y mira fijamente la pantalla de su teléfono.

«YA TIENES LA RESPUESTA QUE AYER ANHELABAS. EVANGELIO DE HOY. TQ.»

Era de Fátima. Carlos ni siquiera parpadea. Como un autómata se va directo a su mesa y abriendo el google escribe «evangelio del día» y pincha en el primer enlace que le sale. Sus ojos no se despegan del monitor leyendo: «Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.» Carlos se dejó caer en la silla y volvió a leer. Al instante cogió el teléfono y respondió a Fátima.

«TE VOY A BUSCAR AL CURRO. TQ»

Continuará…

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