Vosotros seréis mi pueblo… sí, vosotros…
Os recogeré…
os reuniré…
os llevaré…
Derramaré…
os purificaré…
Os daré…
os infundiré…
arrancaré…
haré…
Habitaréis…
Una tierra nueva, un agua pura, un corazón nuevo, un espíritu nuevo, un corazón de carne, su mismo espíritu…
Tremenda generosidad la de Dios con nosotros. Tremenda generosidad. Tremendo derroche de amor, cada día, cada minuto… ¿Nos hemos enterado de verdad? Pero… ¿de verdad que nos hemos enterado? Yo creo que no…
VOSOTROS SOIS MI PUEBLO Y YO VUESTRO DIOS, DICE EL SEÑOR
Hay una imagen en el Antiguo Testamento que me emociona mucho más que la de Padre-Hijo… y es la de los novios.
Pensar en Dios como alguien que vela como un novio es algo tan íntimo…
Tu texto de hoy me ha recordado a esto… Muchas gracias, Santiago